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sábado, 11 de diciembre de 2010

DÍA 26


DÍA 26. JEREMÍAS 16-34.


-         P R O M E S A S –


A)     “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Por que será como el árbol plantado junto a las aguas (…), ni dejará de dar fruto.” (17:7 y 8).

B)     La obediencia permite que nuestra vida encuentre plenitud; que Dios esté con nosotros, así como el cumplimiento de sus promesas. (Sobre el día de reposo. Cap. 17).

C)     Si nos arrepentimos, él detendrá el mal que por ley está dispuesto para el pecador. Nos bendecirá, y dirá la palabra para que seamos plantados firmemente, y tengamos bendición. (18:1-17).

D)     Él está atento y conoce de nuestro sufrimiento y aflicción, que sufrimos a veces por causa de haberle entregado nuestra vida. Nos protege de todo enemigo. (18:18-23).

E)     Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán (…).” (20:11).

F)     Dios nos ha permitido la vida, porque tiene un plan glorioso en nuestra vida. Aunque parezca que todo es sufrimiento, y nos pesa seguir el camino, Dios se levantará por nosotros, para darnos aliento y cumplir su bendición en nosotros. (Sobre los lamentos de Jeremías por causa de profetizar la palabra. 20:7-18).

G)     Dios desea nuestro bien, a pesar de toda nuestra maldad. Él ha prometido hacer que nos volvamos a buscarlo, proveer de su palabra y dirección en nuestra vida, y restituir todo nuestro bien, para que vivamos para él. (23:1-8).

H)     La obediencia puede causar dolor temporal, pero al final, promete que renovará nuestro corazón, y le conoceremos mejor. (Sobre la profecía de los higos buenos y malos. Cap. 24).

I)     Sus pensamientos y deseos, para nosotros, son de paz; para darnos el fin que esperamos en medio de la prueba. (29:11).

J)     Si aún en la prueba, persistimos en buscarlo, él promete que cumplirá su obra en nosotros, que lo invocaremos y el oirá nuestra oración; que lo buscaremos, y él será encontrado por nosotros, por que lo vamos a estar buscando de todo corazón. (29:11-14).

K)     Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Aún te edificaré, y serás edificada.” (31:3 y 4).

L)     Después del arrepentimiento y el sometimiento a Dios, él promete reestablecernos en todo lo perdido, y volver a bendecirnos en gran forma. (Cap. 30 y 31).

M)     Dios provee un nuevo pacto, a pesar de nuestro pecado: “Daré mi ley en su mente, y la ESCRIBIRÉ EN SU CORAZÓN; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” (31:33).

N)     Después de pasar la prueba con nuestra fe puesta en él, nos promete que todos le conoceremos sin necesidad de intermediario; porque perdonará nuestra maldad. (31:34).

O)     Después de todo el quebrantamiento y castigo por nuestras faltas, él volverá a bendecirnos; no seremos arrancados, ni ya jamás destruidos. (31:27-40).

P)     Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo.” (32:42).

Q)     “Clama a mi, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” (33:3).

R)     Tan seguro como Dios ha puesto el día y la noche, por medio de un pacto, así también con nosotros celebra pacto para restaurarnos y sanarnos; volver a prosperar nuestras vidas y perdonarnos hasta que llamemos su nombre en medio nuestro: Jehová, justicia nuestra”. (Cap. 34).



-         D E S A F Í O S –


A)     Cada decisión que tomamos y cada pecado en que vivimos, tienen consecuencias específicas. Si no nos encontramos con Dios realmente, y nos arrepentimos, tendremos que sufrir esas consecuencias, por nuestra rebeldía. (Cap. 16).

B)      Si nuestro pecado está grabado en nuestros corazones, entonces tenemos que buscarlo más y más, para que podamos entregarnos por completo a él, y nos sane, nos salve, por que nosotros solos no podemos. Nuestro corazón nos engaña, pero Dios habla verdad para que podamos ser sanados y servirle. (Cap. 17).

C)     Maldito el varón que confía en el hombre (…) y su corazón se aparta de Jehová (…), no verá cuando viene el bien.” (17:5 y 6).

D)     La desobediencia, contrario a lo que podemos pensar, lo único que trae a nuestra vida es destrucción y alejamiento de Dios. (Sobre el día de reposo y la necesidad de reestablecer su correcta celebración entre el pueblo. Cap. 17).

E)     Si le damos la espalda y decidimos seguir nuestro propio camino, en el día de angustia, tampoco seremos escuchados. Debemos permanecer firmes en su búsqueda. (18:1-17).

F)     Debemos tener cuidado de no estorbar la palabra de Dios y de hacer mal a aquellos que le aman y sirven con sus vidas. (18:18-23).

G)     Busquemos el arrepentimiento, ahora que nos encontramos a tiempo, aunque debamos ser quebrantados “como quien rompe una vasija”. (Cap. 19).

H)     Dios también tiene un plan para aquellos que han sido infieles en su liderazgo y en guiar a otros a Dios. Aunque parezca que tarda y que su autoridad sigue permaneciendo intacta, Dios les pedirá las cuentas de su actuar. (Sobre la profecía contra el sacerdote Pasur. 20:1-6).

I)     No tratemos de resistirnos, él es más fuerte y nos quiere “seducir” para que le sirvamos. Mejor utilicemos ese “fuego” que ha puesto en nosotros, para encontrarlo en medio de las dificultades. (20:7-18).

J)     Si en realidad queremos que Dios nos libre y nos ayude, debemos empezar por dejar de lado toda nuestra maldad y no persistir en hacerla. El verdadero arrepentimiento, cambia toda nuestra conducta y corazón, para bien. (Cap. 21).

K)     El hecho de no escucharlo, desobedecer su voz y alejarnos, tarde o temprano resultará en vergüenza y destrucción. (Cap. 22).

L)     No prestar atención a la falsa proclamación de la palabra de Dios, produce que conozcamos y vivamos bajo su verdad. (20:9-40).

M)     Por no escuchar atentamente su palabra, podemos sufrir castigo y corrección. (25:1-14).

N)     Debemos orar y humillarnos para alcanzar misericordia, cuando Dios desate su juicio contra todas las naciones y la maldad de este mundo. (25:15-38).

O)     La actitud correcta cuando nos señalan nuestro error, usando con sabiduría y fidelidad la palabra de Dios, no es la de enojarnos ni intentar apartar la palabra, por más dura que sea. Debemos corregir el camino y buscar a Dios desesperadamente. (Sobre las amenazas de muerte a Jeremías. Cap. 26).

P)     La palabra de Dios no siempre tiene que ver con nuestro deseo o pensamientos. Pero si siempre debe ser obedecida, por que al someternos, a pesar de nosotros mismos, encontraremos bendición. (Sobre los yugos y la profecía sobre el sometimiento voluntario a Babilonia, para la futura restauración. Cap. 27).

Q)     Nuestro deseo de paz y triunfo, debe llevarnos a obedecer la verdadera palabra de Dios, cuando Dios no tiene planeado aún darnos descanso. Debemos permanecer fieles, aunque cueste trabajo. (Sobre la falsa profecía de paz que dijo Hananías, y como murió. Cap. 28).

R)     Cuando Dios nos castiga, es porque nuestro pecado está muy arraigado, y necesita limpiarnos. Por eso permite la aflicción, par que volvamos a buscarlo, y tengamos libertad en su amor. (Cap. 30 y 31).

S)     La desobediencia, nos pone en afrenta delante de Dios, pues estamos demostrando rebelión. Debemos atender su palabra, para que no tenga que hablarnos más fuertemente, y aún corregirnos. (Cap. 34).




VIERNES DIEZ DE DICIEMBRE, 2010. M. VÍCTOR G.

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