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martes, 7 de diciembre de 2010

día 22.

DÍA 22. ESTER, ECLESIASTÉS Y CANTARES.



1. ESTER:


-         P R O M E S A S –


A)    Cuando hemos actuado con fidelidad, (no buscando el reconocimiento, ni tenemos puestos los ojos en las cosas materiales), Dios nos bendice con honra, y destruye a quienes desean nuestro mal sin causa, ó por causas equivocadas. (Sobre el judío Mardoqueo, y como Amán, uno de los príncipes del rey Asuero, le quería dañar, pero no pudo. Cap. 6).

B)    Dios nos cuida aún de aquellos males que no tenemos conocimiento que están planeándose en nuestra contra. (Sobre Amán, colgado en la misma horca que había construido para Mardoqueo. Cap. 7).




C)    Dios provee su salvación de manera pronta, eficaz y completa. Su amor y gracia siempre son oportunos en nuestra vida. (Sobre el nuevo decreto del rey en defensa de los judíos, conseguido por Ester y Mardoqueo. Cap. 8).

D)    Dios nos promete paz después de haber alcanzado la victoria con fe. Nos asegura que cambiará nuestra tristeza en alegría; y el luto, en día bueno. (Sobre la celebración de las fiestas de Purim en el pueblo judío, cautivo en Persia, por la venganza sobre sus enemigos. Cap. 9).



-         D E S A F Í O S –


A)    Debemos estar listos para acudir al llamado del “Rey” en nuestras vidas. (Sobre la reina Vasti y su desobediencia. Cap. 1).

B)    Necesitamos respeto y obediencia a nuestras autoridades. (Sobre Ester y su tío Mardoqueo, ante el rey Asuero. Cap. 2).

C)    Solo debemos adoración a Dios. No importan las dificultades o circunstancias a que nos enfrentemos por persistir con esta convicción. (Sobre Mardoqueo, que no se arrodillaba ante el príncipe Amán. 3:1-6).




D)    Nuestra vida espiritual y la obediencia a Dios, deben rebasar nuestro deseo por lo terreno y la vanidad de esta vida. Debemos buscar lo eterno en todo momento. (Sobre la actitud de Ester, de arriesgarse aún a la muerte, con tal de buscar la salvación de su pueblo. Cap. 4).

E)     El ayuno y la oración deben ser pilares en nuestra vida, para tomar las decisiones que nos corresponden, y afrontar los desafíos con victoria. (Sobre los judíos, Mardoqueo, Ester y sus doncellas, para pedir por la protección de Ester y triunfo en su misión. Cap. 4).




F)     El mal que deseamos y planeamos dentro de nuestro corazón, debe ser desechado de nuestra vida; si persistimos en ello, tarde o temprano nos alcanzará el pecado que hemos consentido y sus consecuencias. (Sobre Amán, colgado en la horca que había construido para Mardoqueo. Cap. 7).

G)    Debemos estar listos para testificar y dar a conocer a otros al Dios que realiza las maravillas en nuestra vida. (8:17).

H)    Procuremos, sea cual sea la circunstancia que atravesamos,  nuestro bienestar y fortaleza espiritual, así como convertirnos en agentes de paz en medio de las dificultades. (Sobre Mardoqueo y su grandeza, y como era reconocido y respetado por la paz que provocaba y la bondad en su corazón. Cap. 10).




2. ECLESIASTÉS.



-         P R O M E S A S –



A)    “(…) por que al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; (…)” (2:26).

B)    Dios ha creado todo “hermoso a su tiempo”; Él ha puesto “eternidad” en nuestros corazones. Él quiere que en nuestra vida, encontremos y vivamos por esa eternidad. (3:11).




C)    Debemos disfrutar, tal como Dios nos promete, y no afanarnos en aquello que corrompe y aflige nuestro espíritu, por que en su presencia, tenemos gozo y paz de nuestro trabajo. (Cap. 5 y 6).

D)     Mientras buscámos la sabiduría, Dios nos llenará con su presencia, para tener gozo, paz, discernimiento y alcanzar su justicia. (Cap. 7 y 8).

E)     “(...) que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; (…).” (9:1).




-         D E S A F Í O S –


A)     Debemos buscar las cosas eternas, y no tener la visión y esperanza en la “vanidad” de esta vida, conduciéndonos por ellas; al contrario, que nuestra motivación sea lo que Dios ofrece. (1:1-11).





B)     No importa en dónde busquemos paz, satisfacción y propósito; nunca va a estar en aquello “debajo del sol” si primeramente no hemos buscado en Dios. Sólo Jesús puede llenar ese vacío y sernos suficientes. (Cap. 2).



C)     La presencia de Dios debe ser la prioridad en nuestra búsqueda, para que nos de sentido y visión eterna en nuestro caminar. (Cap. 3 y 4).

D)     cumple lo que prometes (5:4).

E)     “(…) más tú, teme a Dios.” (5:7).

F)     Somos hombres, y no podemos contender con Dios. Antes, debemos permitir que él gobierne nuestra vida, para que sean prósperas y llenas de plenitud. (Cap. 6).

G)     En el día del bien, goza del bien; y en el día de la adversidad considera.” (7:14).

H)     Debemos acudir primero a Dios, Él sabe lo que necesitamos mejor que nosotros, y nos dará aún más para alegrar nuestro corazón. (Cap. 9).




I)        No debemos guiarnos por las circunstancias, sino por la sabiduría que viene de Dios. (Cap. 10).

J)       Debemos vivir con conciencia de Dios, sabiendo que él ve todo lo que hacemos y experimentamos, para bien ó para mal. (Cap. 9 y 10).




K)     Dios debe ser el centro en nuestra vida; no debería serlo el placer, las riquezas, la vanidad o lo temporal de esta vida. (Cap. 10, 11 y 12).

L)      “El fin de todo el discurso oído es este: TEME  A DIOS, y guarda sus mandamientos; por que esto es el todo del hombre.” (12:13).





3. CANTARES.


-         P R O M E S A S –



A)    (…) ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue.” (Sobre el encuentro de los enamorados. 2:11).




B)    Debemos esperar a Jesús con deseo y confianza, ya que somos de él, y él es nuestro. Él regresará. (6:1-3).




C)    El amor de Jesús por nosotros, es mayor de lo que imaginamos y podemos comprender: nos defiende, ama, acompaña y sacia todas nuestras necesidades. (Sobre el Cantar de los Cantares).



-         D E S A F Í O S –


A)    Debemos ser “atraídos” por Jesús, y correr tras él. (Como el amor de la mujer sulamita por Salomón. 1:4).




B)    Jesús debe “apresar” nuestro corazón; debemos estar enamorados de él y su obra en nuestra vida. (4:9).

C)    Nuestra oración debe ser: “Apresúrate, amado mío.” (8:14).






LUNES SEIS DE DICIEMBRE, 2010. M. VÍCTOR G.


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