Bienvenidos. .

Agradezco mucho tu interés. Tus comentarios enriquecen este espacio.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

DÍA 24.

DÍA 24. ISAÍAS 31-59.


-         P R O M E S A S –


A)      “He aquí que para justicia reinará un rey, (…). Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyo de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.” (32:1 y 2).

B)      Dios es nuestra salvación en tiempo de la tribulación. Él perdonará nuestra iniquidad, para habitar junto a él confiados. (Cap. 33).

C)      Dios mismo vendrá, y os salvará.” (35:4c).

D)      y los redimidos de Jehová volverán; gozo perpetuo será sobre sus cabezas.” (35:10).

E)      Dios nos liberta y nos da salvación, cuando hemos clamado a él con arrepentimiento y fe. Debemos reconocer que solo él nos puede salvar. (Sobre Dios, librando a Israel del rey Senaquerib de Asiria, por la oración de Ezequías. Cap. 37).

F)      Él echa tras sus espaldas todos nuestros pecados para sanarnos, restaurarnos y darnos vida en su presencia. (Sobre la enfermedad del rey Ezequías, su oración, y la sanidad que recibió. Cap. 38).

G)      A través de Jesús, nuestro pecado es perdonado, y ahora podemos estar seguros, y consolarnos en él. (40:1-11).

H)      Debemos tener confianza en Dios, pues es único e inalcanzable. Creó todo y nada se esconde de su presencia. (40:12-31).

I)      Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna (…), los que esperan a Jehová, tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas (…)” (40:29-31).

J)      No temas, por que yo estoy contigo; no desmayes, por que yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (41:10).

K)      No debemos mirar las circunstancias o nuestra condición, sino saber que tenemos un Dios que nos cuida, nos sostiene, sustenta y lucha por nosotros. (Cap. 41).

L)      Él nos ha dado su gracia y salvación por medio de su “siervo”; su “escogido”. (42:1).

M)      No temas, por que yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.” (43:1).

N)      “Yo soy el que barro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.” (43:25).

O)      “Por que yo derramaré agua sobre el sequedal, y ríos sobre tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.” (44:3).

P)      Él es quien pone su voluntad en nosotros, quien nos da nombre y escoge, aún a pesar de nuestros pecados. (Sobre Dios acerca de Ciro, a quién usó para su voluntad, y mostrarle que solo Él es Dios. 45:1-7).

Q)      Como su pueblo, él nos restaurará, por que nos ha elegido y amado; nos usará para que las naciones conozcan su nombre y le adoren. (Cap. 49).

R)      No importan las dificultades que tengamos por servirle; no importan los golpes, las pérdidas o amenazas sobre nosotros; él promete fielmente sostenernos, ayudarnos, y, al final, darnos honra y descanso junto a Él. (Cap. 50).

S)      Pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.” (51:6c).

T)      Él nos consuela, nos libra y trae gloria sobre nuestra vida, por esperar en su nombre y buscarlo. (Cap. 52).

U)      “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores, (…). Más él, herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” (53:4 y 5).

V)      Ya ha sido expiada nuestra culpa, cubierto nuestro pecado, a través de aquél que no hizo maldad; pero Dios quiso cargar en él el pecado de todos nosotros. (Cap. 53).

W)      Su misericordia no se apartará de nosotros. Nunca más nos abandonará, sino que pone sobre nosotros su gracia y amor. Ningún arma forjada en contra nuestra, prosperará. (Cap. 54).

X)      Él nos invita a buscarlo, para saciar nuestra sed; para producir el fruto de su palabra en nuestras vidas. (Cap. 55).

Y)      Hay tiempo para salvación, porque él ha visto nuestro pecado, por eso quiere limpiarnos. Ha visto nuestra maldad, pero si nos volvemos a él, promete pastorearnos y ser nuestro Dios. (Cap. 57).

Z)      En guardar sus mandamientos, hay bendición. (ap. 58).

AA) La provisión de su Espíritu, de su perdón y de su palabra, que nos convierte y hace que nos arrepintamos, estarán sobre nosotros para salvación. (Cap. 59).




-         D E S A F Í O S –


A)     “¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, por que son muchos, y en jinetes, por que son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová.” (31:1).

B)     Lo que hace que nuestro “desierto se convierta en campo fértil” es “el Espíritu de lo alto” derramado sobre nosotros. Debemos buscarlo cada día. (32:15 y 16).

C)     Ésta tierra, con su maldad, será destruida. Debemos buscar a Dios y su salvación, para que nos libre de la destrucción. (Sobre la ira de Dios contra la tierra y sus naciones. Cap. 34).

D)     Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles” por que Dios trae su salvación a nuestras vidas. (Cap. 35).

E)     Siempre habrá algo queriendo apartar nuestra confianza de Dios. Algo tratando de someternos y continuar alejándonos de nuestro creador. Debemos permanecer firmes y confiados solamente en Dios, para ver su gloriosa salvación. (Sobre el “Rabsaces” enviado por el rey de Asiria a retar a Judá, y la gloriosa salvación de Dios a su pueblo, por la oración del rey Ezequías. Cap. 36 y 37).

F)     Todo lo que acontece o acontezca, se encuentra sometido a la autoridad de Dios. No debemos ser soberbios, y olvidarnos que gracias a Dios hacemos todo. Él cumple sus planes, y debemos buscar estar de su lado, para salvación. (Sobre el rey de Asiria, y su destrucción por haber retado a Dios. Cap. 37).

G)     Solo a él debemos nuestra adoración; de él proviene todo el conocimiento y poder. No hay otro Dios que no sea él. (Sobre la condenación de los falsos dioses y los que los fabrican. 41:21-29).

H)     Debemos aprender de la disciplina, corregir y volvernos a Dios, rechazando nuestra maldad y pecado. (42:18-25).

I)     Nosotros somos sus testigos. Él ha puesto su gracia y perdón en nosotros, para traer a quienes nos rodean a su conocimiento, y que puedan entregarle su corazón. 44:1-8).

J)     Toda creación de nuestra mano es vanidad, debemos deshacernos de cualquier “ídolo” en nuestro corazón, aunque seamos nosotros mismos y nuestra soberbia. SOLO ÉL ES DIOS. (44:9-20).

K)     Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.” (44:22).

L)     Debemos reflejar su creación y poder a través de nuestras vidas. Nos hizo con un propósito: para habitar en nosotros y que nuestra vida le de gloria. (45:8-19).

M)     Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.” (45:22).

N)     La maldad de este mundo, y aquellos que se sienten seguros en practicarla, serán destruidos seguramente; por completo. (Sobre el juicio de “Babilonia”.  Cap. 47).

O)     Si él nos espera con paciencia, y detiene su castigo, es por amor a él mismo; porque no compartirá su gloria con nadie y por que sabe y conoce lo duro de nuestro corazón. Su amor nos es como agua en medio del desierto. (Cap. 48).

P)     Debemos salir de “Babilonia”. Correr de nuestros pecados y rebelión. Buscarlo sólo a él. (48:20).

Q)     Él nos ha dado su luz, para llevarla a las naciones, y su salvación, para que otros vengan a él. (Cap. 49).

R)     Debemos hacer válido en nuestras vidas el sacrificio “del siervo de Dios” por nuestros pecados. Debemos ser su linaje, fruto de su sufrimiento. (Cap. 53).

S)     “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia (…), el cual será amplio en perdonar.” (55:7).

T)     Debemos buscar guardar sus mandamientos y aceptar su amor, para que nos bendiga con su gozo y dé recompensa a nuestra vida. (Cap. 56).

U)     Debemos buscar a Dios, regresar de nuestros malos caminos, arrepentirnos para encontrar paz. (Cap. 57).

V)     Entreguemos a Dios nuestra vida en verdadero ayuno, buscando con alegría y atendiendo las necesidades en nuestro entorno. Nuestra luz resplandecerá, y la gloria de Dios nos acompaña. (Cap. 58).

W)     La salvación no viene, ni Dios nos escucha si primero no reconocemos nuestros pecados; cambiamos nuestro corazón y las obras que hacemos. Debemos primero apartarnos de pecar en nuestro corazón, y él vendrá y nos sanará. Su perdón no se ha acortado. (Cap. 59).



MIÉRCOLES OCHO DE DICIEMBRE, 2010. M. VÍCTOR G.

DÍA 23.

DIA 23. ISAÍAS, 1-30.



-         P R O M E S A S –


A)    Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuentas: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.” (1.18).

B)    Dios tiene un plan glorioso para traer paz al final, y por su amor, quiere que participemos de el. (2:1-4).

C)    En medio del juicio de Dios, aquellos que han sido justos y le buscan, recibirán bien. (3:10).

D)    Dios es quien nos limpia, para poder estar delante de él y escuchar el propósito que tiene para nuestra vida. (6:1-9).

E)     Dios pone su habitación “entre nosotros” para su gloria y salvación nuestra. (Sobre “Emanuel”, Dios con nosotros. 7:14).

F)     Mas no habrá siempre oscuridad (…)”  Dios promete su salvación oportuna en nuestras vidas, debemos buscarla a través de su Hijo. (9:1).

G)    Debemos recibir la luz que se nos promete a través de Jesús. Él es para nosotros “Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.” (9:1-7).

H)    El castigo es usado para purificarnos, y al final, le amaremos más y conoceremos su poder en nuestra vida. (Cap. 10).

I)       En él, tenemos salvación, sabiduría y salvación. Encontraremos paz cuando él reine en nuestras vidas. (Cap. 11).

J)      “Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mi, tu indignación se apartó, y me has consolado.” (12:1),

K)    Aún en medio de juicio y destrucción, Dios conserva un plan, pero busca nuestro arrepentimiento, para poner su gloria y amor sobre nosotros. (Caps. 17, 18 y 19).

L)     Dios ama por igual a todo el mundo; su promesa es de salvación, sin importar nada más que nuestra fe en él, para obediencia. “Por que Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad.” (19:25).

M)  (…) por que sus ganancias serán para los que estuvieren delante de Jehová, para que coman hasta saciarse y vistan espléndidamente.” (Sobre la destrucción de Tiro, y Dios despojándola en su resurgimiento, para sus hijos. 23:18).

N)    Por que fuiste fortaleza al pobre, (…) al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor; (…).” (25:4).

O)    Destruirá la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima (…); y quitará la afrenta de su pueblo (…).” (25:8).

P)     (…): He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; (…), nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.” (25:9).

Q)    Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; por que en ti ha confiado.” (26:3).

R)    Por su gracia y amor podemos alcanzar redención y vida eterna. (29:17-24).

S)     En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.” Debemos vivir y entender esta promesa, para no seguir huyendo de Dios, tomando nuestro propio camino; es mejor esperar en Él. (30:15).

T)     Después de la disciplina, por nuestro pecado, él derramará nuevamente lluvia, dará fruto, tendremos paz y sanará nuestra herida, para traernos de nuevo a él, por su infinito amor y gracia. (30:18-26).



-         D E S A F Í O S –



A)    Debemos atender con reverencia, por que es Dios hablando a nuestra vida. (1:2).

B)    Dios no desea nuestras obras, si nuestro corazón no le da gloria y la honra. Cualquier “ofrenda”, “sacrificio”, “rito”, actitud o conducta externa, está reprobada y es aborrecida por su corazón, si nuestro corazón persiste en el pecado y lejos de su perfecta voluntad. (1:1-20).

C)    Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.” (1:16 y 17).

D)    Debemos regresar, de donde sea que estemos, a buscar su justicia; volver a ser sus hijos, en medio de la injusticia. (Cap. 1).

E)     Para acercarnos a Dios, necesitamos antes quitar la soberbia de nuestra vida, para reconocer que lo necesitamos. (Cap. 2).

F)     Todo aquello en lo que tengamos puesta nuestra confianza, seguridad o felicidad, desaparecerá. Es mejor que Él sea nuestra “belleza”, y que nuestro corazón esté puesto en su eternidad, y no en la vanidad de lo pasajero. (Sobre el juicio de los hijos de Sión. 3:1-26 y 4:1).

G)    Debemos entregar el fruto que Dios espera de nosotros, pues nos ha “plantado” y cuidado con su amor. (5:1-7).

H)    El amar la maldad más que a Dios, buscar el pecado, torcer y confundir la verdad, será juzgado por Dios en su tiempo. Debemos alejarnos de tales prácticas. (Cap. 5).

I)       HEME AQUÍ, ENVÍAME A MI.”(6:8).

J)       “A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea el vuestro temor, y él sea vuestro miedo.” (8:13).

K)    Debemos esperar y confiar en sus promesas. Si algo o alguien pretende desviarnos, debemos comparar su dicho contra la ley de Dios y su testimonio en nuestra vida. (8:17-22).

L)     Hay tiempo para arrepentirnos. Es ahora cuando debemos dejar de hacer lo malo y buscarlo de todo corazón. (Cap. 9 y 10).

M)  La maldad, soberbia y alejamiento de Dios, tienen su fin y destrucción en sus poderosas manos. (Cap. 13).

N)    La soberbia del hombre y su pecado, no conocen límite. Más vale apartarnos de ello, por que Dios traerá juicio seguro contra “el rey de Babilonia”.

O)    El juicio de Dios contra el pecado del mundo, está determinado, “¿(…) y quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder?” (14:27).

P)     Cuando Dios comienza a quitar aquello de donde creíamos nosotros que vendría nuestra ayuda, aquello que nos sustentaba, en donde teníamos nuestra confianza, es para que volteemos a verlo, y dejemos de poner nuestra confianza en aquello que no es suyo. (Cap. 17).

Q)    Ni las riquezas, fama, seguridad, o aquello humano en que podamos poner nuestra confianza, son el lugar correcto para refugiarnos. Todo caerá (como Egipto y Etiopia en manos de Asiria), por lo que nuestro refugio debe ser Dios solamente.

R)    El mal tiene un fin asegurado. “Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.” (21:9).

S)     Nada, ni en la tierra o el cielo, ni el pequeño ni el grande, quedará en pie cuando Dios reine sobre la tierra, a causa del juicio que vendrá por el pecado. Debemos quitar los ojos de este mundo, destinado a juicio y destrucción. (Cap. 24).

T)     Debemos buscarlo en todo tiempo. Sólo él nos puede cubrir y proteger. Con mayor razón, en medio de la aflicción y el dolor que atravesamos. (Cap. 26).

U)    No podemos seguir luchando contra él. Debemos encontrar su paz, y recibir su bendición en nuestras vidas. (Cap. 27).

V)    Si nos conducimos con soberbia, seguramente seremos quebrantados. Debemos quitar todo lo que, en nuestras vidas, le robe a Dios la gloria y el honor. (Sobre la condenación a Efraín, Cap. 28).

W)  Debemos entender la amonestación a tiempo, para que solo seamos “apretados” lo suficiente para arrepentirnos y dar fruto, y no para destrucción por persistir en rebelión. (Sobre la amonestación a Jerusalén. 28:14-29).

X)    No debemos ser de los que nos acercamos a Dios con nuestra boca y le honramos de palabra. Nuestro corazón debe estar cerca de él, conocerlo plenamente, y adorarlo con toda nuestra vida. (29:9-16).




MARTES SIETE DE DICIEMBRE, 2010. M. VÍCTOR G.