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domingo, 28 de noviembre de 2010

DÍA 14.

DÍA 14. 2do. SAMUEL; 4-24.


-P R O M E S A S –


A)    Dios cumple sus promesas, sin importar cuanto se haya enredado nuestra vida en el camino; si aceptamos su amor, nada es imposible. (Sobre David, ungido rey sobre todo Israel. 5:1-5).

B)    Y David iba adelantando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los ejércitos estaba con él.” (Sobre David, conquistando Jerusalén a partir de la fortaleza de Sión, echando a los jebuseos. 5:6-10).

C)    Dios nos confirma sus promesas, y podemos caminar en seguridad cuando le conocemos. No por nuestras obras, sino por su gracia y amor. (5:11 y 12).

D)    Quebrantó Jehová a mis enemigos delante de mi, como corriente impetuosa”. (Sobre Dios entregando a David en su mano a los filisteos, que le habían hecho guerra. 5:17-25).

E)     La presencia de Dios trae bendición en donde se manifiesta su gloria y es honrado su nombre. (Sobre como Obed-edom y su familia, fueron bendecidos a causa del Arca de Dios, que estuvo en su casa por 3 meses. 6:1-11).

F)     En la presencia de Dios hay libertad, siempre y cuando lo que  hagamos, sea de todo nuestro corazón y buscando agradarlo solo a Él, y no a nosotros o a los demás. (Sobre David, danzando delante de Jehová, aunque causó controversia con su esposa Mical. 6:12-23).

G)    Dios nos tiene reposo de nuestros enemigos y aflicciones. (7:1).

H)    Y Natán dijo al rey: Anda, haz todo lo que tengas en tu corazón, por que Jehová está contigo”. (Cap. 7).

I)       Dios nos saca de “detrás del redil”, es decir, de lo habitual de nuestras vidas, para ponernos en grandeza entre su pueblo. No por nuestras cualidades es que nos elije, sino por su amor y gracia sobre nuestra vida, para afirmarnos para siempre. (Cap. 7).

J)      Yo le seré a él padre, y él me será a mi hijo.” (Sobre la bendición que iba a dar a su hijo Salomón, y en sentido profético, a nosotros como su pueblo espiritual. 7:14).

K)    Dios nos castiga por que nos ama, pero en medio de la disciplina, Él nos promete: “(…) pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl (…), y será afirmada tu casa y tu reino para siempre (…)” (7:15 y 16).

L)     Dios, por su infinito amor, nos promete:

                       i.      Establecernos como pueblo para siempre;
                       ii.      Que nos rescata;
                       iii.      Nos pone nombre, nos da identidad;
                       iv.      Hacer maravillas entre nosotros;
                       v.      Revela su bondad a nuestro corazón;
                       vi.      El bien que nos promete, es cierto por que “sus palabras son verdad”. (Sobre el pacto de Dios con David. Cap. 7)

M)   y Jehová dio la victoria a David, por dondequiera que fue.” (8:14).

N)    Dios, en su gran amor, nos da señales, amonestándonos y esperando que nos cause repulsión nuestro pecado para alejarnos de el, y no tenga que venir disciplina sobre nosotros. (Sobre Natán amonestando a David. Cap. 12).

O)    El regalo inmerecido de Dios, nos está esperando para que al arrepentirnos, volvamos a caminar con Él: “también Jehová ha remitido tu pecado; NO MORIRÁS”. Esto es Su gracia. (12:13).

P)     Cuando nos arrepentimos y dejamos nuestros malos caminos, Dios restituye lo que hemos perdido en el camino. (Sobre el hijo que tuvo con Betsabé, después de haberse arrepentido y experimentado las consecuencias de sus decisiones erradas: Jededías, o “Amado de Jehová”. 12:25).

Q)    No importa lo que hayamos hecho; Dios siempre quiere que hallemos la vida, y no muerte. (Sobre como David seguía amando a Absalón, su hijo; y como lamentó y lloró por su muerte, a pesar de que este se había rebelado para tratar de robar el reino, entre otras muchas maldades. Cap. 13, 14, 15, 16, 17, 18).



-         D E S A F Í O S –


A)    Dios es quien toma la venganza, no nosotros. Debemos señalar la injusticia y lo malo, sin tratar de acomodar los hechos a nuestra conveniencia, siempre comportándonos con temor de Dios. (Sobre los empleados de IS-boset, hijo de Saúl, quienes lo mataron cobardemente para intentar congraciarse con David por conveniencia, pero recibieron el pago por su injusticia. Cap. 4).

B)    Constantemente debemos buscar la voz de Dios y su aprobación, para asegurar la victoria y serle fieles. (Sobre las veces que David consultó la voluntad de Dios, acerca de los filisteos, y las instrucciones que recibió, obedeciéndolas fielmente. 5:17-25).

C)    Las leyes de Dios muestran su voluntad y tienen un propósito; por otro lado, demandan de nosotros fe y obediencia absoluta. Intentar actuar de una forma aparentemente buena, pero traspasando sus normas, significa desobediencia y falta de fe. Por lo tanto, esta actitud, acarrea juicio. (Sobre lo que aconteció al joven Uza, quien tocó el Arca de Dios para “intentar rescatarla”, pues los bueyes que la llevaban tropezaron. 6:1-11).

D)    Debemos respetar la libertad que hay en Dios, sin juzgar a los demás, por situaciones que tal vez a nosotros no nos parezcan correctas, pero que en realidad tienen un fin glorioso. De otra forma, esa actitud “santurrona”, acarreará condenación, pues el único que conoce los corazones y las motivaciones, es Dios. (Sobre lo que aconteció a Mical, por criticar a David quien danzaba con todas sus fuerzas a Dios, por la gloria del Arca traída a Jerusalén. 6:12-23).

E)     “y si hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres” (7:14).

F)     Debemos obrar con “justicia y equidad” en el trabajo que Dios nos permite desempeñar, para su gloria. (8:15).

G)    La bondad y la misericordia, son atributos con los que un siervo de Dios, debe actuar respecto de los demás. (Sobre como hizo David “como uno de sus hijos” a Mefi-boset, hijo de Jonatan, cumpliendo su pacto. Cap. 9).

H)    Debemos cumplir nuestra palabra y las promesas realizadas. (Sobre el pacto de David y Jonatan, acerca de que David haría misericordia con la casa de este último. Cap. 9).

I)       Aprender de la lealtad y esfuerzo de Joab y Abisaí, para con su líder David, y su pueblo, Israel., en batalla. (Cap. 10).

J)      En medio de las luchas cotidianas, no debemos descansar ni un momento, por que el pecado esta siempre acechando y esperando que no atendamos y estemos firmes a Dios. (Sobre David, que se quedó en su casa, en tiempo de guerra, y lo que sucedió con Betsabé y su esposo. Cap. 11).

K)    Dios nos da señales, para recordarnos que debemos buscarlo cada día, sin descanso, y que cuando hemos pecado, es el momento para arrepentirnos, y no tratar de cubrirlo y pecar aún más, en lugar de hacer un alto en ese momento y buscar a Dios. El pecado no descansa, y si no frenamos, nos puede destruir. (Sobre la actitud recta de Urias, esposo de Betsabé, provocando la desesperación de David y que se añadieran más pecados. Cap. 11).

L)     No menospreciar aquello que Dios nos da, su amor y oportunidad de perdón, por la dureza de nuestro corazón y constante búsqueda del pecado. (12:10).

M)  Evitar traer consecuencias a nuestra vida, y separación y desgaste en nuestra relación con Dios. (12:10).

N)    No perdamos el tiempo tratando de cambiar aquello que Dios ya decidió firmemente y nos mostró su voluntad. Debemos movernos y seguir caminando. (Sobre el ayuno de David por su hijo con Betsabé. 12:14-23).

O)    “(…) acampa contra la ciudad (Rabá) y tómala, no sea que tome yo la ciudad y sea llamada de mi nombre”. (Joab a David, sobre la toma de Rabá, actuando con respeto a David. 12:28).

P)     Cuando tenemos la oportunidad de hacer algo en secreto, ocultamente, y pecar, debemos ahí mismo honrar a Dios tomando la decisión de acudir a Él y buscar su ayuda, tomando decisiones correctas. Aunque estemos ocultos para muchos, Dios si ve, no puede ser engañado. (Sobre Amnón y Tamar.13:12).

Q)    Debemos buscar la voz de Dios y su voluntad en aquello que nos angustia, y dejar de lado los consejos perversos, sabiendo que Dios nos juzgará por nuestras decisiones. (Sobre Amnón, y como se fue dando que abusara de Tamar. Cap. 13).

R)    El pecado nos hará huir, hasta que decidamos a confrontarlo en nuestras vidas, y traerlo a Dios para que nos perdone y nos de fuerza para apartarnos de ello. Sobre Absalón. 13:20-39).